Monday, February 6, 2012

Camiguin y (el ataque de) la serpiente marina.






¿Cómo es posible que a cada lugar al que voy, me parezca mejor?
¿Cómo puede ser que una isla haga olvidar la isla anterior?
¿Cómo es posible que esto se haya convertido en una autentica competición de paraísos tropicales?




Y es que esto me esta pasando. Me siento como un niño cuando va a un parque de atracciones, que monta en todas ellas, y cada atracción le parece mejor. Pero al final, después de montarse en todas, se queda con la preferible y la repite constantemente( al menos es lo que hacía yo de pequeño. Por ejemplo a mi me encantaban las camas elásticas...)



Y es que a pesar de no haberme subido en todas las atracciones, pues mi viaje no ha terminado, siento que la isla de Camiguin es mi cama elástica. Podría estar saltando en ella una larga temporada. Tendría que saltar muy alto para que hubiese una isla que la superase, pues esta isla ha puesto el listón altísimo.

Debajo de una cascada...






Alberto,Pimpi y yo contemplando el cráter del volcán Hibok-Hibok a unos 1300 metros de altitud. Algo fatigados. Mi rodilla acabo en puré.



Porque Camiguin tiene todo lo que una isla puede tener. Y todo lo que tiene, te lo ofrece para que disfrutes de ella. Y de manera natural:

Cascadas impresionantes para bañarte.
Manantiales de agua caliente para relajarte.
Un par de volcanes imponentes(unos 1500 metros de altitud) para hacer senderismo(y no trekking por favor)hasta su cima.
Corales y peces multicolor para bucear con ellos.
Y hasta un cementerio submarino(de verdad, no bromeo)para que un gótico buceador o buceador gótico, se deleite con lápidas, ataúdes y otros de sus tenebrosos menesteres de ocio y diversión para el agrado de su oscura y trastocada cabeza. Aunque dudo que a un gótico le guste un sitio tan colorido y bonito como este. Que horror ser gótico.


Cementerio submarino. Para buceadores oscuros.

Al ser una isla volcánica la arena es negra. Pero por si faltaba algo o por si fuera poco, dispones de un banco de arena a unos dos kilómetros de la isla para poder hacerle panorámicas y disfrutar de su arena blanquísima. Es como si el ayuntamiento hubiera pactado aquello para los amantes del buceo y de la arena blanca.

Banco de arena blanca o Withe Sand Beach y la isla a la izquierda. Costaba creerselo.


(El ataque) de la serpiente marina.

Hace ya tres semanas que estoy en Filipinas y debo confesar que me he aficionado muchísimo al buceo con tubo y gafas(y no digo snorkeling porque además de ser una palabra cursi, no quiero usar los malditos anglicismos) y esto me da vergüenza decirlo, pues paso la mayor parte del año en Formentera donde es una de las principales atracciones. Pero bueno, debe ser que aquí no te hace falta sumergirte varios metros para ver cosas realmente espectaculares. Porque además, si buceo más de tres metros de profundidad, mis pequeñitos oídos estallan. Pero aún así,gracias a dios,puedo disfrutar muchísimo.

Pues bien, hace unas tres semanas estando en la espectacular isla de Malapascua decidimos (mi compañero Alberto y yo)darnos un buen chapuzón. Nadamos unos 2 kilómetros para alcanzar un pequeño islote,(pues en la playa que estábamos no había ni rocas ni peces) que suponíamos que tendría que estar repleto de corales y pescados. Estábamos en lo cierto.

Y es ahí donde la vi por primera vez. De entre un pasillito de corales apareció a unos metros de mi, nadando distraída, una hermosísima serpiente marina. Más que una serpiente podría ser una culebrilla, pues escasamente media unos 50 centímetros. Ella ni se inmutó.
Al llegar a casa y mirando por internet, nos enteramos de que era la serpiente más venenosa del mundo. También internet decía,pues lo sabe todo, que no son agresivas con los buceadores. Y lo pude comprobar.

Tres semanas después ya estábamos en la comentada isla de Camiguin. Era el quinto y último día y todavía, entre tantas cosas que hacer(cascadas, volcanes etc...), no habíamos podido saborear sus cristalinas y transparentes aguas. Así que decidimos ir al banco de arena blanca también ya comentado para bucear.

Me zambullí, no estaba cómodo. Algo estaba mal, pues las gafas no paraban de empañarse. Era como un mal presagio. La verdad, que a pesar del paisaje espectacular, sentía por primera vez que no estaba disfrutando debido al ensuciamiento de mi mascara.
Pero bueno seguí adelante.Entonces vi un pez globo. Era el pez globo más grande que había visto en mi vida. Y además se encontraba sin refugio pues no tenia ninguna roca en la que esconderse. Así que decidí cogerlo para que se inflara como un globo(esto ya lo había hecho con Alberto y es una pasasda). Lo extraño es que no intentaba esconderse y eso me desconcertó. Me quede pensando.
¿Por qué este pez no se comportaba como tiene que comportarse?
¿Por qué no se esconde? ¿Qué? ¿Qué esta pasando aquí?

Mientras me hacía todas estas preguntas, giré mi cabeza a mi izquierda y como si se tratase de una película de terror o de la mismísima "Tiburón" de Spielberg, en unos segundos, de la nada me aperecio el animal más grande que había visto en mi vida debajo del agua.Una serpiente enorme (tendría un metro y medio por lo menos,lo juro)nada que ver con la anterior, se abalanzaba sobre mi. Hice un amago como si fuese Muniain pero ni aún así. Ella iba a por mi.
Y es entonces cuando recorde lo que había visto por internet aquella noche:

" La serpiente de mar o Laticauda colubrina posee uno de los venenos más mortales siendo ocho veces más tóxico que el de la cobra de tierra"

Yo no sé si le llamaba la atención el tarje de baño que llevaba puesto y que me había comprado el día anterior. Pues mi traje de baño tiene rayas (rojiblancas que por eso me lo compré pues siempre homenajeo a mi Athletic alla donde voy) como ella. Pero al recordar esto me entro el pánico. Ví a la serpiente con la guadaña que venia a buscarme y me puse a nadar. Me puse a nadar como un loco(dando ejemplo de mi título de profesor de natación)y creo que batí el record de Camiguin. Casi sufro un corte de digestión. No me atrevía a mirar atrás y alcanzar la costa se me hacía interminable.

Llegué a la playa exhausto. Cuando les comenté a mis amigos lo que me había pasado, les juré no bañarme más en mi vida. Estos me tomaron por loco pero me tranquilizaon. Y me animaron y convencieron a tirarme al agua otra vez. Pero esta vez todos juntos. Al de un rato largo nos tiramos otra vez y volvimos exactamente al mismo punto donde la había visto. Y fui yo quien la volvió a ver. Estoy seguro que era la misma serpiente que había visto hace media hora.
Y avisé al resto. Esta vez su enorme cuerpo asomaba por unas rocas pero estaba parada, quieta. Nos quedamos observandola. Estaba inmóvil. Asustada. No sé quién atemorizó más a quien.

Creo que discutía con su amigo el pez globo y este le convencia y le animaba a que saliera otra vez al mar abierto pues, no había motivos para tener miedo. Que esa cosa melenuda de dos patas y de traje de baño horrible, que había visto hace media hora, era absolutamente inofensiva.













2 comments:

  1. q pasada de isla!! la 1ª foto es bestial!! y q miedito la serpiente! me das una envidia q me muero...cuidate bro!!

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  2. Madre mia con la serpiente, ya ves a por tí directa. Si es que estas hecho un pro, en breves te veo nadando con ellas como si fueras una más.

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